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by asertivopordecretoleyHace algunos meses pasé por la consulta de mi doctora de medicina general para chequear los resultados de los análisis de sangre que me hago cada año. Por mucho que repita como un mantra que los treinta son los nuevos veinte, a mi colesterol esta máxima parece no convencerle. Así que una o dos veces al año, en honor a mi amago de hipocondría y en pos de rentabilizar la póliza del seguro, me hago un examen completo.

Así se desarrolló la conversación con el oráculo:

Doctora: Siéntate, por favor. ¿Cómo estás?

Servidor: Fenomenal. Pero seguro que tú tienes algo que decir al respecto. ¿Alguna novedad?

Doctora: Según tu analítica: el colesterol ha bajado y los demás índices están correctos. El hígado un poco en los límites… (Levanta la vista de la ristra de papeles, mientras pasa una hoja, y me mira con aires condescendientes)… Por casualidad, ¿No conocerás a alguien que en las últimas semanas le haya dado por comer alimentos con un alto índice glucémico?

Servidor: (juego al despiste) La verdad es que me presentan a tanta gente últimamente que ahora mismo no caigo.

Doctora: ¡Menos cachondeo, que esto va en serio!

Servidor: ¡Vale, vale! ¡Culpable! Es por la ansiedad: me da por los atracones. Además, llevo una temporada sin hacer deporte. Estoy bastante apático.

Doctora: Cara de cansado tienes, desde luego.

Servidor: Es que estoy en una edad muy mala.

Doctora: ¿Deprimido?

Servidor: No, con un tono vital muy bajo y en una fase de fatiga perpetua.

Doctora: ¿Alguna vez te has quedado dormido durante los quehaceres diarios?

Servidor: Ummmm… No. Bueno, sí. A veces, cuando estoy tomando un café con algún amigo me dan conatos de somnolencia. Oigo lo que me dicen, pero el runrún sin sentido termina narcotizándome.

Doctora: (sonríe irónicamente) Pues menudo panorama. Si no te aportan ni una conversación interesante, ¿Por qué quedas con ellos?

Servidor: No sabría que decirte… ¿En conmemoración de tiempos pasados y vivencias compartidas?

Doctora: Es decir, los síntomas son: ataques sentimentaloides que te empujan a emperrarte en mantener ciertas amistades, aún a sabiendas de que te sobran enteras. Vamos, como cuando uno se enamora del amor. Pues para mí está clarísimo: sufres el Síndrome de Diógenes Fraternal

Servidor: (entre risas) Pues menudo cuadro… médico. Espero que no sea grave.

Doctora: Si se trata a tiempo no pasa de ser una molestia transitoria.

Servidor: Pues ya me dirás…

Doctora: Aprende de tu organismo: ¿Qué hace el cuerpo con los deshechos que no le aportan nada?

Servidor: ¿Los expulsa?

Doctora: So pena de estreñirse: es entonces cuando aparecen síntomas como la hinchazón, la distensión o el malestar abdominal, dolores de cabeza, incluso sensación de fatiga y agotamiento nervioso. ¿Te suena?

Servidor: (pongo cara de asombro y musito) ¡Cuánta sabiduría encierra la naturaleza en sí misma!

Doctora: Te recomiendo una buena dosis de Prioriza(mina) 200 mg: potente laxante emocional que te va a ir de escándalo para que se te regule el tránsito de amistades.

Servidor: ¡Qué escatológica!

Doctora: (con tono de sorna) Pragmática, querido, pragmática.

Servidor: ¡Qué filósofa!

Doctora: Pues, lamentándolo mucho, esta sofista da por terminada su jornada laboral. Llevo más de diez horas trabajando y estoy molida. Necesito llegar a casa y descansar. Así que, pide hora para dentro de seis meses y, de paso, ya me contarás como vas de tu… estreñimiento figurado.

Servidor: (me despido, me levanto y salgo por la puerta mientras murmuro) Menudo papelón el del panorama sanitario actual. ¿Será por culpa de los recortes?

Dejo atrás a la doctora riéndose a carcajadas mientras levito en pleno éxtasis místico hacia el mostrador para pedir una próxima cita.

De repente, me viene a la cabeza aquella escena del Misántropo de Molière que aseveraba: “Moi, votre ami ? Rayez cela de vos papiers” (¿Yo, vuestro amigo? Quitaos eso de la cabeza)

Nos vemos,

asertivopordecretoley